jueves, 4 de octubre de 2007

Cuentos para tardes de lluvia

En el taller literario los chicos trabajan en un proyecto de escribir cuentos a partir de diferentes ejercicios con música, artes plásticas y lecturas. Estos son los resultados de los cuentos nacidos de la experiencia del color. Las imágenes corresponden a obras de la artista Gabriela Madera,
Espero que les gusten

Una paloma volando por el cielo

Había una vez un circo muy chico que estaba en un campo y tenía muchos animales. Ese mismo circo tenía los animales esclavizados y estos al ver o escuchar los animales del campo, se volvían locos tratando de escapar.
Un día llegó un malabarista para trabajar en el circo, y al escuchar los gritos quebrantes de los animales se le cruzó por la cabeza soltar a todos esos sufridos. Fue finalmente un día en que se sentía muy mal sentimentalmente por ellos, en el que decidió liberarlos. Pero cuando estaba soltando a los monos, el dueño del circo lo vio y lo echó. El dueño no se había dado cuenta que este malabarista se había llevado una manada de palomas.
Al otro día el malabarista se levantó y dejó volar libre al viento todas las palomas.

Sergio

Una noche

En una noche de luna llena había dos humanos, mejor dicho, una pareja de enamorados. Estaban tomando sol en un gran atardecer de verano en un descampado junto a un lago cristalino cuando los sorprendió la noche.
Entre muchos besos y abrazos, sólo una carta blanca vio caer del bolsillo de su gran enamorada.
La tomó cuidadosamente sin que ella se diera cuenta, y le dijo:
“Espérame un momento, voy a ver que hay más arriba y vengo”
Cuando estaba solo comenzó a leer la carta, esta decía:
Hola enamorada mía; soy yo tu gran y fiel enamorado Marcelo. Te escribo esta carta porque hace ya cinco meses que no venís a verme en las noches de verano. Te extraño y sueño que estamos los dos juntos en la ventana mirando el amanecer de un gran y hermoso día. Desde el día en que te fuiste no recibí una sólo carta tuya y eso trajo muchas dudas en nuestra relación. Me habías dicho que querías ser modelo, y yo nunca te tuve encadenada, o atada a mí. Me habías dicho cinco meses. Hasta el día de hoy te sigo esperando. Por las noches abrazo tu almohada, extraño ver tus ojos color del mar, frente al fuego rojos tus labios, tus caricias, tus besos tan dulces.
Espero que vuelvas ya que esto que estoy escribiendo sale de mi corazón hacia tu corazón. Abrí tu mente y volve conmigo, te voy a recibir con mucho cariño. No puedo vivir sin vos. Y si no venís, mujeres hay en todos lados pero ninguna como vos.
Con un gran beso me despido, mi gran y único amor…”
Apretó la carta y cayó al piso.
Eduardo
Continuará


El cuento del rey (versión de Oscar)

Había hace mucho tiempo un rey que era muy poderoso y que le gustaba que le dijeran que él era el más poderoso del reino. Pero había un mago que se le oponía en el camino y un día el rey decidió invitarlo a cenar, y luego clavarle su espada así él sería nuevamente el más poderoso.
El rey le hizo una pregunta al mago:
-“ya que tu eres el más poderoso y adivino, contéstame esta pregunta”-dijo el rey- ¿Cuándo será el día y la fecha exacta de mi muerte?
El mago lo miró sonriendo y le contestó:

-“Alteza, el día de mi muerte no se lo puedo decir, pero sé que mi muerte será exactamente un día antes de su muerte”-
El rey se asustó mucho y le dijo al mago que se quedara esa noche en el palacio ya que al día
siguiente debería hacerle otra pregunta.
Y así lo tuvo al mago por largo tiempo, cuidando que no le pasara nada hasta que un día el rey entró en el cuarto del mago y:
-“Amigo, debo confesarte algo. El día de la cena no planeaba matarte”-
El mago le contestó:
-“Ya lo sabía. Cuando tú me hiciste la pregunta miré tu mano cerrada sobre la espada. Ahí me di cuenta de tu intención. Yo también debo confesarte algo. El día de mi muerte y de la tuya era mentira, era sólo para darte una lección.”
Oscar


Mini cuento de despedida
Llamaron por teléfono al detective para decirle que necesitaban la ayuda de su perro para encontrar al culpable.
El perro olfateando lo buscaba y cuando lo encontró aulló.
Oscar


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